Nunca es tarde si la dicha es buena, y siempre es buena. Aunque en este caso estemos hablando de una pequeña y vergonzosa tángana en la que el albanés Berisha se encaró, sobreactuado, con todo el Sydney tras pitar el árbitro el final de un partido que Brisbane remontó en el tiempo de descuento, primero con un golazo de falta de Adnan en el 93 y después con un gol de oportunismo innato del propio Berisha en el 94. El atacante, una vez finalizada la remontada y el partido, se quitó la camiseta y corrió provocador a herir la sensibilidad de sus rivales. La tontería, heredada seguro del fútbol europeo, le ha valido la sanción por un partido de la FFA.
(Gracias a @EVAMARIAPRIETO por el aviso)