NUEVA ZELANDA, A POR SU 5ª CORONA OCEÁNICA

Barbarouses, Smeltz y McGlinchey celebran un gol

Tantísima complicidad existe en Oceanía entre Australia y el resto, que cuando los primeros apenas proveen de información, los segundos se baten el cobre en busca de la corona de la OFC Nations Cup (la Copa Oceanía) que arranca mañana, viernes 1 de junio, en las Islas Salomón.

No hay que escarbar demasiado para comprender que Nueva Zelanda es favoritísima para alzarse con el título (la final es el día 10), lo que supondría su quinta corona continental, y con el que superaría a Australia, que cumplirá su segunda edición sin participar desde que en 2006 entrara a formar parte de la confederación asiática (AFC).

Nueva Zelanda se las verá en el grupo B con Fiji, Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea. En el grupo A quedarán encuadradas Vanuatu, Nueva Caledonia, Samoa y Tahiti. Hay que recordar que en la pasada edición los ‘kiwis’ se impusieron en la final precisamente a los neocaledonianos, que se reparten como puede la plata con el resto desde hace 2006.

Para la cita, Rick Herbert, seleccionador de Nueva Zelanda, ha llamado a un grupo exageradamente joven que se paseó con buenos resultados por América recientemente (empató ante El Salvador y ganó a Honduras en sendos amistosos), en el que ha tenido que incluir a última hora al central Tim Myers por el intocable Winston Reid, que se cayó por lesión y que a priori estará con la olímpica en Londres. Tampoco estarán Nelsen, Tim Brown, Mulligan o Simon Elliott, quienes sí fueron al Mundial de Sudáfrica.

  • La relación de jugadores es la siguiente:

(PORTEROS)

Paston (35), Glen Moss (29) y Gleeson (21)

(DEFENSAS)

Sigmund (31), Smith (22), Ian Hogg (22), McGeorge (23), Vicelich (35), Boxall (23), Lochhead (30) y Tim Myers (21)

(MEDIOS)

Bertos (30), McGlinchey (25), Marco Rojas (20), Brockie (24), Clapham (25), Howieson (17) y Tim Payne (18)

(DELANTEROS)

Smeltz (30), Barbarouses (22), Chris Wood (20), Fallon (30) y Killen (30)

  • CALENDARIO NUEVA ZELANDA

FABIO GROSSO AL VICTORY; VUELVE EL MALO

Cuando parecía que la A-League ya no podía ganar más empaque en ‘historias de vida’ después de que Sydney y Victory repescaran a Emerton y Kewell el año pasado para la liga local, llegó Fabio Grosso, campeón del mundo con Italia en 2006, y se vendió al mejor postor en Australia. El jugador, que a sus 34 años (cumple 35 en noviembre) finalizaba contrato con la Juventus (donde este año ha pasado totalmente desapercibido, sólo 2 partidos), habló maravillas del fútbol australiano, probablemente convencido por alguno de los muchos italo-australianos que conoce (Grella, Bresciano, Vieri…). Su agente se puso a buscar y encontró al Victory, donde muy probablemente, a falta de anuncio oficial, jugará la próxima temporada.

El conjunto victoriano, que ya ha perdido tres jugadores en defensa de cara a la temporada que viene (Kemp, Fabinho y Vargas, los tres de importancia capital en la retaguardia), necesita renovar como el comer sobre todo su flanco izquierdo. De ahí que hasta la fecha el único fichaje confirmado sea el del joven Adama Traoré, una de las joyas que ha quedado libre tras la desaparición del Gold Coast. Grosso, ya en las últimas líneas de su carrera, vendría a reforzar bien ese costado o bien el centro de la defensa, donde también ha desempeñado parte de su trayectoria profesional.

La llegada de Fabio Grosso a la A-League australiana esconde, no obstante, uno de esos ‘peros’ que tanto nos gustan, una historia de rencor que habrá que limpiar si el Victory quiere entrar con buen pie en el campo empático de los seguidores al soccer allí; y es que Australia no guarda buen recuerdo precisamente de Grosso, pues en octavos de final del Mundial de 2006 ya referido, provocó un penalti más que discutible a tres segunos del final del partido entre Italia y Australia, que terminó suponiendo el único gol del partido a favor de los italianos y la eliminación de Australia del torneo. Medina Cantalejo, árbitro de aquel encuentro, picó. Grosso, enseguida apodado en Australia ‘The Diver’ (el buceador), fue señalado como uno de los enemigos públicos del fútbol aussie.

Y ahora, está a unas horas de volver.

NUEVA ZELANDA SÍ TIRA DE GUARDERÍA

Barbarouses y Hogg celebran el segundo tanto ante El Salvador (FOTO: FIFA)

Lo que llevo meses exigiendo a Australia (renovación escalonada del equipo) es justo lo que está llevando a cabo, y con alegría, una Nueva Zelanda que se ha escapado a hacer las Américas contra Honduras y El Salvador en dos amistosos fuera del calendario FIFA con el fin de prepararse de cara a la segunda fase de clasificación para el Mundial que comienza el próximo 2 de junio ante Fidji.

Los ‘kiwis’ empataron el primer encuentro ante los salvadoreños (2-2) con tantos de Barbarouses (primer gol internacional) y el joven (22 años) defensor Ian Hogg (Auckland), quien además debutaba con la absoluta apenas unos días después de que su equipo ganara la Champions de Oceanía.

En este encuentro también tuvo sus primeros 6 minutos con la absoluta el jovencísimo Cameron Howieson, de 17 años y propiedad del Burnley inglés, donde ya ha tenido minutos esta temporada. Barbarouses (22), Marco Rojas (20), Michael Boxall y Adam McGeorge, ambos de 23, y Tim Payne (18, jugador del Blackburn) también lavaron la cara del cuadro neozelandés, que prepara en paralelo su presencia en los Juegos Olímpicos de Londres. A su vez, Tommy Smith (22) se convirtió en el jugador más joven de la historia de Nueva Zelanda en portar el brazalete de capitán.

De esta lista se quedaron fuera algunos veteranos como Lochhead, Killen o Simon Elliott.

El segundo partido de la ‘minigira’ americana se solventó con victoria por 1-0 ante Honduras, con gol de Shane Smeltz, uno de los que reforzará precisamente ese combinado olímpico en la capital inglesa. Nueva Zelanda, renovadísima y en busca de una pócima que dé los mejores resultados a sus dos fracciones más visibles en fútbol (la absoluta y la sub23), quiere empezar a asomar la cabeza de nuevo en este 2012.

Pronto, los resultados.

SIEMPRE SE VAN LOS MEJORES

A ver cómo le explicas a alguien a quien le guste mínimamente el fútbol que los dos mejores equipos de Australia se han quedado fuera de la ACL en la fase de grupos. La tarea, a priori difícil, podría amortiguarla el excusario habitual de estos casos: hace un mes que terminó su liga, su fútbol es irregular, te quiero como amigo, etc.

Pero mejor no. Las caídas de Brisbane (campeón de la A-League las dos últimas temporadas) y Central Coast (subcampeón la pasada, campeón este año de la fase regular) en la primera fase del torneo tienen la explicación que tienen: no saber cuando debían, y no poder cuando lo tenían a tiro.

Brisbane sólo ha sumado ¡3! puntos de los 15 en juego (ninguna victoria, tres empates) en un grupo en el que Ulsan y Tokyo se lo han llevado crudo (14 y 11 puntos respectivamente). Aunque la derrota 1-2 en casa ante el Ulsan fue lo que les hundió (llegaban a ese partido con 2 puntos por 5 de los surcoreanos), lo peor fue dejarse aplastar por el Tokyo (4-2) en un encuentro que pelearon con dignidad. El empate final ante el pobre Beijing (1-1), anecdótico.

Los 23 goles en toda la temporada de Besart Berisha (cuya temporada más prolífica hasta esta había sido la 08-09, en la que hizo ¡4! goles con el Horsens danés), procura la mejor nota de un Brisbane campeón en el que también han destacado Erik Paartalu y Mitch Nichols.

Central Coast, excelente competidor durante todo el año en Australia, estuvo más cerca del objetivo pero igualmente se quedó en la orilla. Al menos sí logró ganar un encuentro, y de qué manera (5-1) al mismo Tianjin Teda chino al que el Real Madrid aplastó en la pasada pretemporada. En su grupo fueron el Seognam de Ognenovski y el Nagoya de Josh Kennedy quienes accedieron a los dos primeros puestos con pulcritud. Especialmente dura fue la derrota por 5-0 ante los primeros, a falta de dos jornadas, cuando parecía que las opciones de los costeros por trascender de fase no eran tan remotas.

Así las cosas, el tercer australiano en liza era el único destinado a lavar la cara del fútbol aussie, y vaya si lo hizo. Adelaide, penúltimo en A-League este año pero finalista de la ACL en 2008 (lo más lejos que ha llegado un equipo australiano en competición continental), lideró su grupo con 13 puntos, y pasó a octavos junto al Bunyodkor uzbeko. Sólo una derrota (ante el Pohang surcoreano) mancha el historial del conjunto entrenado por John Kosmina, donde resurgió Van Dijk y también destacó el joven zaguero Daniel Mullen, autor de dos tantos en la fase de grupos.

En octavos, a Adelaide le toca enfrentarse la próxima semana (29 de mayo)  al Nagoya japonés donde esperan los Yoshida, Tanabe y por supuesto, Josh Kennedy. Suerte pues al último representante.